El Monte rompe el maleficio

Goles: 0-1 David Alejo (m.24), 1-1 José Ángel (m.34)

El Montehermoso consiguió romper el infortunio que le perseguía como local y volvió a puntuar en casa, algo que no ocurría desde la jornada 3, la última en la que se consiguió sacar una victoria en feudo rojillo, venciendo a la UD Badajoz. De paso, aprovechó para inaugurar el cuadro local del marcador electrónico, algo que parecía maldito hasta la fecha de ayer, eligiendo para ello una curiosa jornada, la 13, el número de mal fario por excelencia.

El encuentro empezó con ambos equipos mordiendo, si bien fue más el Ciudad de Plasencia el que lo intentó en los primeros compases. De este modo, y casi sin proponérselo, el meta local Elías les dejó muy pronto en bandeja la ventaja. Llegaría en un balón sin aparente peligro, que llega a la meta montehermoseña, midiéndo mal su salida el meta rojillo y tragándose el balón de manera estrepitosa, aprovechando el balón suelto el estilete magenta David Alejo para poner el ventaja a los de la orilla del Jerte (0-1, m.24). Pero esto no fue más que un espejismo para los magentas, pues espoleado por sus fieles seguidores, incansables durante todo el encuentro, el Montehermoso comenzó a crear ocasiones hasta poco después conseguir el empate, que llegaría de un rechace del meta placentino Luis. El posterior balón suelto fue aprovechado por el ex-delantero magenta José Ángel, convertido ayer en verdugo de su antiguo equipo, para poner las tablas en el electrónico, inaugurándolo en su parte local y haciendo desaparecer los fantasmas (1-1, m.34). Tras esto, la primera mitad no dio mucho más de sí.

El segundo acto fue mucho más aburrido y sólo dejó ocasiones esporádicas. La más clara del Montehermoso pudo cambiar el rumbo del partido, pero la "folha-seca" de Andrés fue violentamente repelida por el larguero. Ahí desapareció el cuadro local, que sólo tuvo algunas ocasiones más sin relativo peligro. Por su parte, el Ciudad de Plasencia comenzó a tener el balón y a punto estuvo de dar más de un disgusto a la sufridora parroquia montehermoseña, pero ninguno de sus estiletes tuvieron suerte a pesar de las numerosas y peligrosas intentonas magentas. Al final, un empate que no deja satisfecho a nadie, pero que permite a los del Alagón ver un poco más lejos el descenso.