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lunes, 20 de abril de 2009

Gol de urgencias


Goles: 1-0 (m.90+)

El Montehermoso derramó ayer sangre, sudor y lágrimas para deshacerse del Santa Amalia y seguir alimentando el sueño de estar en la 3ª División en la próxima campaña. Costó mucho el triunfo, pero una auténtica jugada de “pillos” con el tiempo agonizando, hizo mantener intactas las esperanzas de cara a ese ansiado salto de categoría, más aún cuando se amplía la distancia entre 2º y 3er clasificados, con un colchón de 7 puntos entre ambos, con 15 por disputarse.

Un partido que se preveía sin complicaciones acabó convirtiéndose en todo un cúmulo de despropósitos para el conjunto comandado por David Salvo, que cumplía su tercer y último partido de sanción. El Montehermoso no empezó cómodo sobre el campo, sin embargo tuvo el balón más que su rival, que mostró coraje en este primer episodio, pero sin crear ocasiones de verdadero peligro. Y así, pudo ser el conjunto rojillo el que inaugurara el marcador. Una jugada por banda de Pope acabó en penalty sobre el mismo, que lanza César Antón sin fortuna, pues su potente disparo no encuentra la colocación deseada (m.27). El Montehermoso tenía el balón, pero su escasa convicción por materilizar sus ocasiones hacía que éstas cayeran en saco roto. Por su parte, los de Santa Amalia empezaron a dar muestras de aquí al final del primer acto, de que lo que habían venido a hacer era más un espectáculo circense que jugar un partido de fútbol. Así, acabó la primera mitad con el resultado gafas.

La segunda mitad dio paso a un Montehermoso más peleón, al menos durante los primeros minutos. Así, un gran centro desde la izquierda acabó en la cabeza de Pope que, en gran remate a bocajarro, manda el balón a la meta defendida por el cancerbero pacense, quien realiza una soberbia intervención y, con ayuda del poste, desbarata la más clara ocasión rojilla en el partido. El Santa Amalia, por su parte, también lo intentó, pero un gran Carlos, que suplía ayer a Elías, realizó de manera impecable su labor sobre el campo.

De este modo, el Santa Amalia se dedicó a defender su punto como ya había hecho en el primer acto, desquiciando al rival con sus continuas muestras de “espectáculo” antifútbol, basadas en lesiones inexistentes y en intentar arañar cualquier segundo por manos de su pantomima de portero, quien resultó convertirse en el maestro oficial de ceremonias de la pérdida de tiempo. El árbitro, muy mal durante todo el encuentro, castigaba injustamente las acciones de uno y otro equipo, cargando de amarillas al conjunto rojillo por protestar esta auténtica falta de respeto al rival. Así, César Pérez vio antes que nadie el camino de las duchas, al igual que un jugador pacense, que también fue expulsado previamente.

Y poco después, sucedió el episodio fatal del encuentro. Maikel, que salió en la segunda mitad, se encuentra de bruces con el portero al intentar disputar un balón, cayendo conmocionado al terreno de juego. Con la parroquia rojilla en vilo, finalmente consiguió reaccionar pasados unos minutos, aunque fue trasladado al centro de salud para su revisión, porque tenía un fuerte golpe en la cabeza.

Este desafortunado episodio, unido a la continua pérdida de tiempo del conjunto amaliense, hizo alargar el encuentro casi 20 minutos más, hecho que aprovechó el Montehermoso para intentar meter más presión a un partido que se le escapaba. Y al final lo consiguió. El árbitro, que tanto le había perjudicado, decretó como falta indirecta dentro del área un error infantil del meta pacense, que coge el balón con las manos 2 veces. Y así, el Montehermoso consiguió romper por fin el cerco verdiblanco, con una auténtica jugada de “listos”. Aprovechando las inexcusables protestas del equipo amaliense, pues la acción era clara, Óscar, que debutaba como jugador rojillo, saca rápidamente el balón hacia Luisma, que amaga el primer disparo para colocar posteriormente el balón en las redes, ante la inútil estirada del portero. Este gol llevó el delirio a las pobladas gradas rojillas, cuyas muestras de ánimo acompañaron al equipo hasta el pitido final.

Así, el Montehermoso devolvía la moneda a los pacenses que, tras el gol, intentaron recuperar todo el tiempo que habían perdido cuando tenían un punto en su poder. Y aún se jugaron varios minutos más, ante la desesperación del público montehermoseño, pero los pacenses no conseguirían mover el marcador.

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